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La Organización Mundial de la Salud ha advertido del daño que puede causar el uso del teléfono móvil en relación a varios tipos de cáncer. Según The Daily Telegraph, la investigación demuestra que el abuso del móvil puede generar tumores cerebrales a largo plazo.

La directora de la investigación, la doctora Elisabeth Cardis, profesora del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, declaró que pese a la "falta de resultados definitivos y a la luz de varios estudios que, aunque son limitados, sugieren un posible efecto de radiación de radiofrecuencia" generada por los móviles.

"Por tanto, yo estoy de acuerdo en general con la idea de restringir el uso (de teléfonos móviles) en los niños, aunque no iría tan lejos como para prohibir los teléfonos móviles, ya que pueden ser una herramienta muy importante (...)", señaló Cardis, citada por el periódico.

La experta también declaro que se pueden utilizar "medios para reducir nuestra exposición" a los móviles, como la utilización de dispositivos de "manos-libres" y el uso moderado de esos aparatos.

Una portavoz de CREAL en Barcelona indicó a Efe que el estudio que coordina Elisabeth Cardis incluye numerosos datos de ciudadanos de varios países, entre los que no figura España, y añadió que se trata de un trabajo muy complejo que "no se dará a conocer hasta finales de este año".

"Interphone" efectuó estudios en trece países y entrevistó a 12.800 personas (entre ellos gente sana y enfermos de tumores) con el fin de averiguar si la exposición a los celulares está vinculada a tres clases de tumores cerebrales y un tumor de la glándula salival.

Anteriores investigaciones sobre los efectos de los móviles en la salud han sido poco concluyentes, aunque el proyecto supervisado por la OMS indica, por ejemplo, que seis de ocho estudios de "Interphone" revelan un mayor riesgo de padecer glioma (el tumor cerebral más común).

Desde la Agencia de Protección de la Salud (HPA) del Reino Unido, un portavoz manifestó que, "de momento, no hay pruebas sólidas" sobre los efectos nocivos del uso de móviles.

Por su parte, un portavoz de la Asociación de Operadores de Telefonía Móvil apuntó que más del 30 por ciento de los estudios científicos sobre ese asunto no han hallado ningún impacto negativo para la salud.

De acuerdo con el periódico, el estudio, llamado "Interphone", cuestionará las garantías que suelen dar los gobiernos sobre la seguridad de los móviles  y aumentará la presión para que las autoridades sanitarias difundan consejos más claros contundentes.




MILAGROSA MONTAÑA RUSA LE CURO 

EL CÁNCER


Cuando Emma Bassett se subió con sus amigos en la montaña rusa de Thorpe Park, en Surrey, Reino Unido, no imaginaba que le quedaba muy pocas horas de vida. Unos días más tarde tendría una cita con su médico para averiguar la razón de sus mareos y dolores de cabeza.

Según el Huffington Post, en esa consulta el diagnóstico fue bastante claro y evidente para los médicos, tenía un enorme tumor en el cerebro que había estado a punto de matarla bloqueando el riesgo sanguíneo. Fue la agitación y los giros fuertes de la atracción la que liberó presión en su cráneo.

"Fue un shock descubrir que había tenido este tipo de tumor creciendo dentro de mí,probablemente durante años, sin que yo me percatara nada al respecto", explicó Emma.
Esa liberación dio un par de días más de vida a Emma, los suficientes para permitir una operación de urgencia y salvar su vida.

La operación fue muy complicada, había un alto riesgo de que quedara en estado vegetativo, pero afortunadamente todo salió bien y 8 años después, con 20 años de edad, su recuperación es completa.




EL TUMOR CEREBRAL SIGUE SIENDO UN 

HUESO DURO DE ROER


El Congreso de la Sociedad Americana de Oncologia Clínica (ASCO)es un congreso de esperanza. Cada año, más de 30.000 oncólogos de todo el mundo comparten en este escenario avances en torno a la lucha contra el cáncer y queda más que claro que la Oncología es una especialidad muy viva. Sin embargo, igual que los avances en algunos tipos de cáncer son continuos, existen otros casos en los que estos brillan por su ausencia. Los tumores cerebrales pertenecen a esta última categoría.

El único estudio que se ha presentado en la sesión plenaria -la que selecciona los trabajos más importantes- sobre tumor cerebral ha sido para decir no a una alternativa para los afectados por glioblastoma (el peor de los tumores cerebrales), una que ya se utiliza con éxito en segunda línea (cuando el cáncer ha recurrido) y que funciona 'matando de hambre' a los vasos sanguíneos que utiliza el tumor para alimentarse, lo que se conoce como angiogénesis. 
El trabajo ha sido polémico porque ha coincidido con la presentación de otro estudio -con importante participación española- que concluye, contrariamente, que añadir un fármaco antiangiogénico -bevacizumab- a la radio y quimioterapia aumentaba el tiempo de supervivencia libre de progresión en cuatro meses.




Así, en la rueda de prensa en la que se presentaron los resultados del primer trabajo, muchas fueron las preguntas relativas a la diferencia entre ambos estudios. "Hay potencial para su uso si encontramos a los pacientes correctos, pero en este estudio no se han encontrado", explicó Mark Gilbert, del MD Anderson Cancer Center, autor del trabajo.
El neuroncólogo español Juan Manuel Sepúlveda, que no ha participado en ninguno de los estudios, valora la diferencia entre ambos trabajos como una cuestión del diseño de los estudios: "En el 'RTOG 0825'-así se llama el estadounidense- se excluyó a pacientes inoperables, que constituyen un 20% del total; además, la administración del antiangiogénico fue más tardía que en el AVAglio -nombre del estudio europeo que sí ha sido positivo- y, por ultimo, en el estudio estadounidense se permitía lo que se conoce como 'crossover'; cuando los pacientes recurrían, se les daba la opción de recibir el fármaco por lo que, al final, la mayoría de los pacientes se había tratado con el medicamento".
Más allá de la polémica, ni siquiera el estudio más positivo permitía hablar de reducción global de la mortalidad. De hecho, ningún trabajo presentado en ASCO lo ha hecho. Sepúlveda se 'defiende': "No es cierto que no haya avances. Los hay, pero vamos despacio".
Este especialista destaca el trabajo que se lleva a cabo en el Grupo Español de Investigación en Neuroncología (GEINO), que combina investigación básica puntera con clínica. Además, señala que las cosas "han cambiado radicalmente en los últimos años" en los que se ha asistido a una mejora en la radioterapia, la introducción de una quimioterapia y el uso de bevacizumab cuando el tumor se reproduce. "Son pequeñas buenas noticias", subraya el especialista.
"El problema de los tumores cerebrales es que se activan muchas alteraciones moleculares a la vez; es algo parecido a lo que pasa en el cáncer de páncreas. Por eso estamos continuamente buscando algún punto débil", apunta el experto.
Esos presumibles puntos débiles pueden dar sus frutos algún día. En uno de ellos ya trabaja una molécula nueva dirigida a una proteína que juega un papel esencial en los tumores cerebrales, el TGF beta, y de la que se han presentado resultados de seguridad en este congreso. El equipo de Sepúlveda está participando en sus ensayos clínicos, junto con otros hospitales españoles.
No es el único fármaco en estudio. Desde GEINO, se analiza también la eficacia de un inhibidor de la familia de receptores HER, en pacientes con glioblastoma recurrente que tienen amplificaciones en el gen EGFR, destaca el neuroncólogo español. Su equipo, junto a biólogos del Instituto de Salud Carlos III dirigidos por Pilar Sánchez, acaban también de describir una nueva diana terapéutica en glioblastomas, la proteína DYRK1A.




EEUU.- UN FÁRMACO LOGRA "APAGAR" UN GEN CRÍTICO EN RATONES CON TUMOR CEREBRAL


Un equipo de investigación de la Universidad Northwestern, en Evanston, Illinois, Estados Unidos, ha demostrado que la administración de un medicamento apaga un gen crítico en ratones con glioblastoma multiforme (GBM).

La nueva terapia, basada en la nanotecnología, está diseñada para llegar a un determinado gen que causa cáncer en las células de forma que la droga simplemente apaga el interruptor del problemático oncogén, silenciándolo, con lo que se ataca a las proteínas que mantienen a las células cancerosas inmortales.

En un estudio de ratones, cuyos resultados publica 'Science Translational Medicine', el fármaco no tóxico fue entregado por inyección intravenosa.

En los animales con GBM, un cáncer de cerebro que mata a unos 13.000 estadounidenses el año y es agresivo e incurable, la tasa de supervivencia aumentó casi un 20 por ciento y el tamaño del tumor se redujo entre tres y cuatro veces, en comparación con el grupo de control.

"Usando ácidos nucleicos esféricos altamente adaptables, nos centramos específicamente en un gen asociado con GBM, que se apagó en vivo. Esta prueba de concepto establece, además, una plataforma para el tratamiento de una amplia gama de enfermedades, desde cáncer de pulmón y de colon a artritis reumatoide y psoriasis", explica el autor principal del estudio, Chad A. Mirkin, experto en Nanomedicina.


SUPERVIVENCIA ENTRE 14 Y 16 MESES

Cualquier avance es fundamental para los pacientes con GBM, puesto que su tasa de supervivencia media es de entre 14 y 16 meses y, aproximadamente, 16.000 nuevos casos nuevos se producen cada año en Estados Unidos. El glioblastoma es el tipo de tumor que terminó con la vida del senador norteamericano Edward Kennedy. (arriba podemos ver la foto)

En la investigación, Mirkin tuvo la herramienta perfecta para hacer frente al cáncer mortal: los ácidos nucleicos esféricos (SNAS), nuevas formas globulares de ADN y ARN, que él mismo inventó en Northwestern en 1996, y que no son tóxicos para los seres humanos. La secuencia del ácido nucleico se diseña para que coincida con el gen diana.

El experto en glioblastoma Alexander H. Stegh, que llegó en 2009 a la Universidad de Northwestern, tenía el gen: en 2007, este investigador y sus colegas identificaron el gen Bcl2Like12 como uno que se sobreexpresa en los tumores de glioblastoma y relacionado con la resistencia del glioblastoma a las terapias convencionales.

"Mi grupo de investigación está trabajando para descubrir los secretos del cáncer y, más importante aún, cómo detenerlo", señaló Stegh, uno de los principales autores de este estudio, que recordó que el glioblastoma es un cáncer muy difícil y que la mayoría de los fármacos quimioterapéuticos fracasan en la clínica.

"La belleza de los genes silenciados en este estudio es que juegan muchos papeles diferentes en la resistencia a la terapia. Esto debe permitir a las terapias convencionales ser más eficaces", añadió.

El poder de la tecnología de regulación de genes es que una enfermedad con base genética puede ser atacada y tratada si los científicos tienen las herramientas adecuadas. Gracias al Proyecto Genoma Humano y la investigación genómica de las últimas dos décadas, hay una enorme cantidad de dianas genéticas, por lo que el reto ha sido tener los agentes terapéuticos adecuados y los materiales de entrega.

 


ENFOQUE NUEVO EN TRATAMIENTO DEL CÁNCER


"Los SNAS basados en ARN de interferencia son un enfoque completamente nuevo en la reflexión sobre el tratamiento del cáncer -resaltó Stegh--. Uno de los problemas es que tenemos una larga lista de genes de alguna manera no regulada en el glioblastoma, pero no tenemos ninguna manera de apuntar a todos ellos con enfoques farmacológicos estándar. Ahí es donde creemos que los nanomateriales pueden desempeñar un papel fundamental para aplicar el concepto de la medicina personalizada en la terapia del cáncer".

El medicamento de Stegh y Mirkin para GBM está especialmente diseñado para atacar el gen Bcl2Like12 en las células cancerosas. Su clave es la forma esférica de la nanoestructura y la densidad del ácido nucleico. Los ácidos nucleicos normales (lineales) no pueden entrar en las células, pero estos ácidos nucleicos esféricos, sí.

ARN pequeño de interferencia (siRNA) rodea una nanopartícula de oro como una concha, de forma que los ácidos nucleicos son orientados y empaquetados formando una pequeña esfera. El núcleo de nanopartícula de oro es de sólo 13 nanómetros de diámetro. La secuencia de ARN está programada para silenciar el gen causante de la enfermedad.

Mirkin desarrolló por primera vez la plataforma de nanoestructura utilizada en este estudio en 1996 y la tecnología ahora es la base de potentes herramientas de diagnóstico comercializadas y aprobadas por la agencia norteamericana del medicamento (FDA).

Sin embargo este nuevo desarrollo es el primero en demostrar que si las nanoestructuras se inyectan en un animal encuentran nturalmente su destino en el cerebro y puede entregar una carga efectiva de fármacos.


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